Barcelona, 23-02-2010

Don Luis, de 75 años de edad, es un incapaz legal desde 2006 mediante certificado médico oficial por sufrir la enfermedad de Parkinson. Don Luis estuvo casado son Doña Margarita hasta 1986. Tuvieron cinco hijos, dos de ellos ya fallecidos. En 1987 Don Luis inició una relación con Doña Begoña, su actual pareja de hecho, con la que convivió hasta después de 2006, ya diagnosticada la enfermedad de Parkinson.

Después de la diagnosis, Don Luis vendió su vivienda habitual, pasó a convivir con Doña Begoña y otorgó un poder general de disposición a favor de ésta ante notario. 

Posteriormente se divorició de Doña Margarita y formalizó su unión de pareja de hecho con Doña Begoña.

La demanda interpuesta por sus tres hijas viene motivada porque Don Luis no es capaz de gobernarse por sí mismo y administrar y disponer sus bienes. Sin embargo otorgó un poder notarial en 2007 a favor de su pareja de hecho, y ésta, haciendo uso de dicho poder, vendió la vivienda habitual del incapaz y una vivienda de veraneo; además de intentar vender en la actualidad el resto de bienes del presunto incapaz.

Los clientes son las tres hijas del presunto incapaz y su objetivo es declarar judicialmente incapaz a su padre, que se declare que el poder otorgado en 2007 a favor de su pareja de hecho es nulo y todo ello con el objetivo de proteger los bienes de su padre que aún no han sido vendidos por su actual pareja de hecho y sus dos hijos.

El abogado debe demostrar el estado real de Don Luis, que se corresponde con un enfermo de Parkinson; debe demostrar también que antes de ser diagnosticado de Parkinson, Don Luis dispuso que fueran sus hijas las que gestionasen la empresa familiar. Asímismo debe demostrar que la actual pareja de hecho y sus dos hijos han estado disponiendo de los bienes de Don Luis en contra de su voluntad mediante un poder otorgado cuando Don Luis ya no era capaz de governarse por sí mismo. El objetivo es salvaguardar los bienes de Don Luis. El medio para salvaguardar lo que queda de patrimonio es que el juez acuerde el nombramiento como tutora a una de las hijas de Don Luis o, subsidiariamente, a un defensor judicial. Todo ello de forma cautelar y antes de que la actual pareja de hecho de Don Luis venda lo que queda de patrimonio: una emprsa familiar y una casa de veraneo.