El caso trata sobre la voluntad de dos hermanas de solicitar la incapacitación parcial de su hermano que sufre un trastorno psicótico. La incapacitación que solicitan solo hace referencia al control de la enfermedad, es decir a garantizar qué un tutor vele por el correcto seguimiento y la correcta toma de la medicación del hermano.

Las dos partes recurren la Sentencia de Primera Instancia, la parte demandada por considerar que faltan pruebas por practicar y que las que ha aportado no han sido debidamente valoradas por el  juzgador y la demandada solicitaba la expresa imposición de costas a las demandantes por temeridad en la Demanda. Finalmente las dos partes renunciaron a sendos recursos de apelación.

El objetivo del cliente es no ser declarado incapaz puesto que está suficientemente capacitado como para tener cura de su persona él mismo.

El abogado trata de aislar las crisis más recientes en el marco de confusión y tristeza de su representado por la pérdida de su madre y su mascota. De esta manera aporta informes médicos en los que se acredita que su representado goza de plenas facultades intelectuales, intelectivas y volitivas.  Y des de que pasó las crisis ha aumentado las visitas con su doctora privada a fin de no repetir fallos en el tratamiento en un futuro.